Locutores México está consciente de que muchos locutores actualmente siguen estas prácticas en su quehacer profesional cotidiano. Para contar con una referencia práctica que esté accesible para todos y en seguimiento con nuestra visión de guiar a locutores a todos los niveles de experiencia, se sugiere seguir las siguientes prácticas. El objetivo es que los locutores alcancen los mejores resultados posibles en su carrera, y que haya uniformidad en la práctica profesional. Locutores México no adopta ninguna postura sobre si los locutores deben o no formar parte de un sindicato u otra organización. Ésta debe ser una decisión personal de cada locutor y Locutores México no busca sustituir a esas entidades.
Ser honestos y sinceros acerca de la disponibilidad para realizar un trabajo o audición. Al aceptar un trabajo, cumplir con ese compromiso a menos de que surja una emergencia, como una enfermedad. Un trabajo mejor remunerado no constituye una emergencia.
Trabajar con base en un contrato por escrito, siempre que sea posible, cuando se trate de nuevos clientes; es decir, clientes con los que los que no se ha colaborado antes. El intercambio de correos electrónicos en los que se especifican los términos del trabajo, puede tener la validez de un contrato por escrito.
Enviar la factura a los clientes tan pronto como sea posible una vez terminado el servicio, preferiblemente en un plazo menor a 24 horas, a menos de que el cobro se realice por medio de una iguala o de otro tipo de acuerdo con el cliente.
Llegar a tiempo y bien preparado a todas las audiciones y sesiones agendadas.
Incluir en los demos ejemplos reales de trabajos realizados en el pasado que reflejen las habilidades del locutor de la mejor forma. Sin embargo, cuando se adquiere un demo producido profesionalmente, éste debe reflejar el nivel de experiencia actual y no debe mostrar un rango mayor al que el locutor realmente puede reproducir en una sesión de estudio.
Comprender la industria y el negocio de la locución, mantenerse actualizado en cuanto a las tendencias, técnica y capacidades, todo conforme a las normas de la industria y utilizando los medios adecuados para cada locutor, incluyendo capacitación y prácticas, entre otros posibles.
Seguir las instrucciones recibidas en una sesión de locución y no expresar opinión alguna, a menos que le sea requerida. Siempre realizar el trabajo lo mejor posible, independientemente de si se va a recibir una retribución económica o no.
Mantener un comportamiento profesional en todo momento durante una sesión; es decir, no tener exabruptos, no hablar con malas palabras, ni estar bajo la influencia de alcohol o drogas.
Seguir las reglas de etiqueta y las reglas específicas del estudio, si las hubiera.
Si la sesión de grabación se realiza con el equipo personal del locutor, asegurarse de que los archivos se graben en el formato solicitado, que cumplan con las normas y estándares profesionales para grabaciones en estudio para el tipo de trabajo que se realiza y que la entrega del trabajo final se realice en el plazo acordado.
Nunca revelar el nombre del cliente, ni la naturaleza o contenido del proyecto, sin el permiso explícito del cliente, preferentemente por escrito. Si se trata de un comercial, no revelar esta información sino hasta después de que el comercial sea lanzado y difundido. Esto incluye publicaciones en redes sociales, sitios web y la inclusión de los archivos en demos profesionales o como un ejemplo del trabajo propio en un sitio web.
Nunca presumir, en publicidad o de otra forma, de haber trabajado con un cliente en específico con la intención de que el estatus o habilidades propias parezcan mayores que los de la industria, ni realizar acciones para que parezca que ha trabajado con un cliente cuando no lo ha hecho. Esta medida no busca desalentar el uso de “ejemplos de trabajo” incluidos en un demo para ilustrar el talento o rango reales de cada quien.
No publicar la propiedad intelectual de los clientes—guiones, logos, etc.—en el sitio web del locutor ni utilizar dicha propiedad intelectual de alguna otra forma, sin el permiso explícito del cliente, preferiblemente por escrito.
Abstenerse de hablar mal de otros locutores en público o de publicar comentarios negativos en redes sociales, y nunca hablar mal de un competidor con el sólo propósito de obtener o “ganar” un trabajo.